Llegamos a China (otra vez)

Disfrutamos un nuevo viaje que nos llevó desde las mejores fábricas de vehículos eléctricos en China hasta las pistas de la xErace en París, Francia.

Hay viajes que te cambian la forma de ver las cosas. Y este fue uno de esos. Hace unas semanas, parte del equipo de Eco Alsina cruzó medio planeta para llegar a China, donde nacen las monoruedas que amamos, y después a Francia, para vivir la experiencia única de competir en la xErace, una de las carreras en pista más importantes de Europa.
No fuimos solo a mirar. Fuimos a aprender, compartir y traer nuevas ideas para seguir empujando la movilidad eléctrica en Argentina. Así que largamos...

China: donde las ruedas cobran vida

La primera parada fue China, el corazón de la producción de vehículos eléctricos. Allá visitamos las fábricas de Kingsong y Leaperkim, dos marcas que venimos trabajando hace años y que hoy marcan el ritmo de la innovación. Ver cómo se ensamblan las ruedas, cómo se prueban, cómo cada detalle importa, fue impresionante.

En Kingsong conocimos de cerca modelos como la F18 y la F22: una más cómoda y fluida, la otra potente y desafiante. Dos estilos, con algo que los une: mejorar cada kilómetro que recorrés.Ver cómo se ensamblan las ruedas, cómo se prueban, cómo cada detalle importa, fue impresionante.

En Leaperkim, la experiencia fue distinta. Todo es precisión. Desde los conectores IP56 hasta los BMS inteligentes que protegen las baterías, nada se deja al azar. Nos mostraron cómo testean cada controladora, cómo simulan condiciones extremas y cómo cada cambio surge del feedback real de los riders. De hecho, algunas mejoras que hoy traen sus ruedas nacieron de charlas que tuvimos meses atrás. Y eso nos llena de orgullo: saber que una marca argentina tiene voz en las mesas donde se diseña el futuro.

Francia: velocidad, comunidad y aprendizaje

Después de la parte técnica vino la adrenalina. En Francia nos esperaba la xErace, una competencia que reúne a los mejores riders del mundo. El ambiente era una locura: banderas, gritos, olor a caucho y energía pura.

El circuito estaba mojado, y eso cambió todo. Cada curva era un desafío y cada acelerada un equilibrio entre arriesgar y mantener el control. Pero más allá de los tiempos o las posiciones, lo más fuerte fue sentir la comunidad: gente de todo el mundo que ya conocía a Eco Alsina, que seguía nuestro trabajo y que quería charlar, conocernos y compartir experiencias.

Ahí entendimos que esto ya no es un movimiento local. Lo que estamos construyendo desde Argentina forma parte de algo global.

De vuelta en casa, con la cabeza llena de ideas

Después de tantas horas de vuelo, de talleres, pistas y charlas, volvimos con una visión completamente cambiada gracias a las experiencias que vivimos. Lo que aprendimos en China y Francia ya está repercutiendo en lo que hacemos día a día. Desde cómo enseñamos en Eco Alsina Academy, cómo preparamos las prácticas en el kartódromo, y hasta cómo acompañamos a cada persona que se sube a su primera rueda.

Aprendimos que la movilidad eléctrica está evolucionando más rápido de lo que parece. Que las marcas escuchan. Que los usuarios influyen. Y que la comunidad es el verdadero motor del todo esto. También confirmamos algo que sentimos desde el primer día: en Argentina hay talento, pasión y nivel para estar entre los mejores del mundo. Así que vamos a seguir rodando, aprendiendo y compartiendo.

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